15 de octubre de 2010

FELICIDAD por un Guille de 16 años

Esta mañana estaba curioseando por las montañas de papel que fui construyendo durante mi vida en secundaria cuando me topé con el cuaderno de ética de 4º. Al abrirlo al azar encontré una página que contenía un ejercicio en el que preguntaban sobre la felicidad. Esto era la felicidad para el yo de ese tiempo no tan lejano:
"La felicidad es como, de niño, construir un castillo de arena mientras la marea sube. Al principio, cuando somos pequeños, no nos cuesta nada juntar la arena y darle forma, porque la marea aun está muy lejos (los problemas que tenemos en la infancia son escasos) Pero, poco a poco, conforme vamos creciendo, la marea va subiendo, y nos es más difícil mantener ese estado de felicidad, es más difícil hacer que el castillo se mantenga en pie. A la felicidad hay que alimentarla constantemente, si no lo haces el castillo terminará por ser deshecho por los problemas que la vida nos acarrea. Si lo haces, al final, el castillo puede que no sea como tú querías, pero a fin de cuentas lo que vale es haberlo intentado. Como los niños en la playa, lo divertido es construir un castillo, no el hecho de haberlo construido. Además, las amistades son un factor muy importante en la construcción del castillo, son un suministro incondicional de arena, mano de obra e ideas para tu castillo, y recíprocamente tú, sin darte cuenta también estás ayudando a construir el suyo"
Qué cosas, ¿verdad?

3 mentes se han parado:

Cel dijo...

tan pequeñajo y tan listo D: mola tu visión de la felicidad ^^ gran razón tenía usted oiga!!D:

Elisa dijo...

es genial!

Natalia dijo...

Los castillos de arena tan frágiles y, sin embargo, siempre dejan una huella en la orilla de la playa. La felicidad una vez construida, aunque merme, sigue siendo felicidad, una pequeña fortaleza en tu cabeza a la que recurrir siempre que lo necesites.

Me gusta mucho el Guille de 16 años,¿a ti no? (:

¿Y crees que en el castillo habrá un pequeño hueco para días de burritos, sofás y Beatles?