No es difícil percibir la afición que tengo por la música del cuarteto de Liverpool. Hay días que puedo escuchar más de la mitad de su discografía “non stop”. Llega a tal punto que podría decirse que Los Beatles son la banda sonora de mi “rutina” o como sea que se llame lo que hago. Los canto en la ducha, los tarareo en el coche, los grito en la calle con mi persona favorita…
Llega a tal punto que a veces puedo ponerme a escuchar o pensar en una canción que encaje con lo que estoy haciendo o mi estado de ánimo.
¿Os imagináis vivir la vida con la banda sonora de vuestro grupo favorito?
Por ejemplo un día en el Club de los Corazones Solitarios escuchando a la Banda de Rock de Sargent Pepper. Verano con Alma de Goma esperando a que venga tu sol –Si no, ponerte moreno esperando en la lluvia británica-. Hasta que que “It won’t be long" “¿Yeah?” ^^
1 mentes se han parado:
Por favor, Guille, por favor quiéreme y quédate aquí conmigo y con Los Beatles: podremos decir todas las mañanas "vaya noche la da de aquel día", mientras desayunamos, dispuestos a comprar todos los Beatles que estén a la venta; te prestaré mi ayuda siempre que sea necesario, y también cuando no lo sea; escucharás Alma de Goma y no se te clavará como una espinita, porque yo lo estaré escuchando contigo; nos perderemos en revolver y jugaremos a ser la banda de corazones solitarios de nuevo; visitaremos magical mystery tour y el submarino amarillo; enmarcaremos el blanco de ese álbum que tanto da de sí y cruzaremos Abbey Road todos los días de camino al trabajo. Así que, Guille, déjalo estar y quédate conmigo.
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