The Beatles -
Sin duda, cuanto más fuerte, más efímera y devastadora. La fama es peligrosa, incluso mortal.
No es difícil percibir la afición que tengo por la música del cuarteto de Liverpool. Hay días que puedo escuchar más de la mitad de su discografía “non stop”. Llega a tal punto que podría decirse que Los Beatles son la banda sonora de mi “rutina” o como sea que se llame lo que hago. Los canto en la ducha, los tarareo en el coche, los grito en la calle con mi persona favorita…
Llega a tal punto que a veces puedo ponerme a escuchar o pensar en una canción que encaje con lo que estoy haciendo o mi estado de ánimo.
¿Os imagináis vivir la vida con la banda sonora de vuestro grupo favorito?
Por ejemplo un día en el Club de los Corazones Solitarios escuchando a la Banda de Rock de Sargent Pepper. Verano con Alma de Goma esperando a que venga tu sol –Si no, ponerte moreno esperando en la lluvia británica-. Hasta que que “It won’t be long" “¿Yeah?” ^^
Y siempre quiero que sea, lento, suave, pero da igual. Dejar de verte siempre me produce una sacudida. No hay nada más violento.
Arrastramos los pies por la calle brillante de agua, desde el teatro hasta tu portal. No nos importa nada y sabes, y sé, que en nada nos tendremos que separar. Qué tontería, en nada nos volveremos a ver. Pero esa no es la cuestión.
Hoy el timbre ya no hace falta, pero esa no es la cuestión. Quiero verte sonreír otra vez –siempre-. “No quieres darle”. Ya no llueve. -Mentira, en tus ojos sí.- “¿Por qué llueve?” De sobra lo sé, lo sabes. Y esa, esa es la cuestión.